La ley petrolera ante la nueva configuración del Congreso

El gobierno nacional quiere acelerar el tratamiento del régimen de promoción a las inversiones petroleras. Los nuevos interlocutores

Era el 15 de septiembre, hacía tres días las elecciones primarias le daban el primer golpe al gobierno nacional, pero el ministro de Economía, Martín Guzmán, no se resistió a presentar la ley de inversiones petroleras. Un trabajo de varios meses coordinado por la Secretaría de Energía de la Nación, a cargo de Darío Martínez, que no gozaba (ni goza totalmente al día de hoy) del Ok de todo el arco político, particularmente de la provincia de Neuquén.
En ese contexto, el presidente Alberto Fernández presentó los principales puntos acompañado de Guzmán y Martínez. El objetivo del proyecto es incrementar la producción, los saldos exportables y aportar divisas al Banco Central. Ahora, en lo particular y la letra final del proyecto, el gobernador Omar Gutiérrez y todo el MPN (una fuerza que se desmarcó de la polarización nacional de “Juntos vs Todos”) cuestionan buena parte de la complejidad del proyecto de ley que está en el Congreso.
La industria del petróleo y el gas necesita definiciones sobre tres proyectos que en las últimas horas el oficialismo nacional busca apurar en el Congreso, antes del recambio del 10 de diciembre y donde perderá la capacidad de dar quórum. Uno es el Presupuesto 2022 (estiman un dólar a más de 130 pesos y una inflación de 33%), la propuesta de acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) -clave para mejorar la capacidad de financiamiento- y, por último, el Régimen de Inversiones Hidrocarburíferas.Neuquén y Río Negro son las dos provincias petroleras que lograron salirse de la norma nacional de la polarización entre Juntos por el Cambio -que se impuso en Chubut y Santa Cruz- y el Frente de Todos -en Tierra del Fuego-, saliendo victoriosos los candidatos a diputados nacionales del MPN con Rolando Figueroa y de Juntos Somos Río Negro con Agustín Domingo.

En el distrito de Arabela Carreras, no obstante, queda pendiente, escrutinio definitivo mediante, la pelea voto a voto entre Aníbal Tortoriello (JxC) y Ana Inés Marks (FdT), una banca que podría inclinar la balanza en la cámara baja.

Estos nombres serán los nuevos interlocutores en la legislatura con relación a este proyecto de ley, que viene con retrasos. Si se hilara fino, la primera vez que se habló fue en marzo de 2020, antes de decretarse la pandemia y los confinamientos, en la apertura de sesiones. Después, el escenario quedó completamente empantanado y cada vez que Nación dada una explicación, Neuquén la rechazaba.

Con Jorge Sapag en escena, el ex gobernador neuquino y uno de los promotores de Vaca Muerta, la ley tuvo otra voz crítica. Al gobierno nacional no le alcanza ya con tener de su lado al sindicato petrolero, tanto al histórico Guillermo Pereyra como al electo Marcelo Rucci, organización que considera a esta ley como “la última oportunidad” para lograr el desarrollo pleno del shale neuquino.

Y Neuquén no es solamente Sapag y Gutiérrez, es también la presidencia de la Organización Federal de Estados Productores de Hidrocarburos (Ofephi), el grupo de diez provincias argentinas que tienen yacimientos en explotación comercial. El director ejecutivo es nada menos que el ministro de Energía neuquino, Alejandro Monteiro.

Con el quórum a favor, el proyecto de ley estuvo con idas y vueltas, pareciendo indicar que no llega a pasar por las comisiones antes del 10 de diciembre. Con la nueva configuración del Congreso, la iniciativa tiene más obstáculos que atravesar. La peor consecuencia: le suma incertidumbre a la industria en un país al que ya le sobran problemas macroeconómicos.

Fuente: LM NEUQUEN

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