BONOS VERDES Y SUSTENTABILIDAD

Es de público conocimiento que en los últimos años la sustentabilidad ya forma parte del negocio, motivo por el cual se ha ocasionado un crecimiento de los bonos verdes. En tal aspecto, se pude denominar como “bono verde” a una herramienta que permite financiar proyectos que lleven a las empresas a tener estructuras y desarrollar productos que sean amigables con el medio ambiente, volviéndose estos créditos accesibles tanto a multinacionales como a pymes. Estos proyectos pueden ser nuevos o  también pueden ser proyectos existentes que necesitan ser refinanciados con el fin de obtener beneficios medioambientales.

A modo complementario, se agrega que los Principios de Bonos Verdes considera la existencia de cuatro componentes de los bonos: el uso de los fondos, el proceso de evaluación y selección de proyectos, la gestión de los fondos y la presentación de informes. Paralelamente, también se encuentran los Bonos Sociales (apuntan a los proyectos sociales) y los Bonos Sostenibles (amalgaman sustentabilidad y desarrollo social).

Los proyectos verdes que se pueden financiar con estos bonos son hoy esenciales para la continuidad de una economía alineada con el cuidado del planeta y las personas. Así, con ellos es posible encarar obras de energías renovables, eficiencia energética, prevención y control de la contaminación y conservación de la biodiversidad, entre otros.

Según el JP Morgan, “A nivel global en 2020 se dieron U$S 460.300 millones de Bonos verdes, Sociales, Sostenibles y vinculados a la sostenibilidad (SLB), un gran crecimiento frente a los U$S 283.500 millones de 2019”. Esto nos permite deducir que existe una tendencia creciente a la emisión de bonos de estas características a nivel global fomentado principalmente por compromisos asumidos por las naciones en el Protocolo de Kioto y el Acuerdo de París, respetando a su vez los principios del Pacto Global de la Naciones Unidas.

Actualmente, el mayor mercado regional de bonos verdes es el de Brasil, que representaba en 2019 el 40% de las emisiones de bonos verdes según Climate Bonds Initiative. Al 2019, la Argentina se encontraba en el quinto puesto en emisiones de estos bonos en la región, después de Brasil, Chile, México y Perú.

En la Argentina, Bolsas y Mercados Argentinos (ByMA) es la entidad que junto con la Comisión Nacional de Valores (CNV) regula los bonos verdes. Ya en 2019 el primer bono verde fue para Plaza Logística para construir sus Naves Triple “A” con altos estándares de sustentabilidad. Además, durante el 2020 se incorporaron dos bonos etiquetados como Verdes para la construcción de dos parques eólicos a cargo de Banco Santander: AES por U$S 48,5 millones y CP Manque S.A.U. y CP Los Olivos S.A.U. por U$S 50,1 millones. En el caso de AES, el monto fue utilizado para refinanciar la construcción del parque eólico Vientos Neuquinos de 100 MW de potencia mientras que, en el otro caso, se utilizó para la construcción de parques eólicos en Central Puerto por un total de 79,8 MW.

Por otro lado, BBVA colocó en 2020 siete bonos sustentables y para el 2021 estiman que se consolide este desarrollo y aumenten la cantidad de emisiones, principalmente bonos verdes. Es válido sumar que la entidad bancaria está dando sus pasos iniciales en este mercado, pues acaba de anunciar su primer bono verde colocado en la Petroquímica Comodoro Rivadavia.

Otro banco que ya otorgó bonos es Itaú Argentina, que dio en 2018 U$S 50 millones de Green loans o Créditos Verdes por medio de IFC, la principal institución internacional de desarrollo dedicada al sector privado en mercados emergentes, para expandir el financiamiento de pymes y proyectos de energía renovable.

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