A continuación se presenta una síntesis sobre como afecta el cambio climático en nuestro país y que impacto podría tener las altas temperaturas registradas en Europa para el verano argentino.
La Organización Meteorológica Mundial (OMM) publicó: “El cambio climático ya influyó en la probabilidad de temperaturas extremas en el Reino Unido. En un estudio reciente descubrimos que esta probabilidad ha ido en aumento y seguirá haciéndolo durante el transcurso del siglo. Las posibilidades de ver días de 40 °C en el Reino Unido podrían ser hasta 10 veces más probables en el clima actual que en un clima natural no afectado por la influencia humana”.
Por su parte, el Servicio Meteorológico Nacional (SMN) indica que el cambio climático aumenta las probabilidades de que un evento extremo suceda con mayor frecuencia e intensidad. Por ejemplo, una ola de calor que antes podía suceder una vez cada 20 o 30 años se da en menor tiempo y con temperaturas más extremas.
Marcelo Madelón, geógrafo y técnico en meteorología sinóptica, estudia que probablemente el fenómeno continúe en aumento pero, aclara que no se notarán cambios drásticos sino que serán leves y se irán advirtiendo a través de los años.
“Ningún país en el mundo escapa a esta problemática más allá de que en Argentina las consecuencias sean menos drásticas que en el hemisferio norte donde el efecto de mayor masa continental se hace sentir con un gran calentamiento en verano y un importante enfriamiento en invierno. En nuestro país no se verá en forma tan marcada (al contar el hemisferio sur con una mayor superficie de mares, que los mismos ayudan a regular las temperaturas), pero si se continúa con esta tendencia también lo vamos a sentir”, manifiesta el experto.
Y un hecho importante, es que en Argentina no existe en la práctica una política de reforestación ni del reemplazo de los combustibles fósiles por energía limpias que ayuden a reducir el calentamiento global.
Desde el SMN dicen que es imposible obtener una conclusión de cómo estará la época estival en el país a partir de la ola de calor europea. “No se puede establecer ninguna relación entre ambas situaciones”, manifiesta el organismo.
Madelón explica que no existen pronósticos a largo plazo porque los modelos numéricos detectan previsiones de un máximo de 10 días. A partir del día 11, según comenta, el porcentaje de error es tan elevado que no se lo considera pronóstico certero.
Sin embargo, advierte: “Hay tendencias climáticas basadas en modelos relacionados con la corriente del niño que indican si un período será más cálido o frío, más o menos lluvioso. Pero no es un pronóstico lo suficientemente exacto como para poder asegurar que las estaciones del año serán de una forma u otra”.
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