REPORTE MENSUAL DE MERCADO: ENERO 2021

Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) – Contribución Nacional Argentina

El Acuerdo de París entró en vigor el 4 de noviembre de 2016 y hace un llamado para naciones adherentes de mantener el aumento de la temperatura media mundial muy por debajo de 2°C con respecto a los niveles preindustriales, y proseguir los esfuerzos para limitar ese aumento de la temperatura a 1,5°C, con el fin de reducir considerablemente los riesgos y los efectos del cambio climático.

Bajo este panorama, los Objetivos de Desarrollo Sostenible también conocidos como Objetivos Mundiales, se adoptaron por todos los Estados Miembros en 2015 como un llamado universal para poner fin a la pobreza, proteger el planeta y garantizar que todas las personas gocen de paz y prosperidad para 2030.

Los 17 ODS están integrados, ya que reconocen que las intervenciones en un área afectarán los resultados de otras y que el desarrollo debe equilibrar la sostenibilidad medio ambiental, económica y social.

Siguiendo la promesa de no dejar a nadie atrás, los países se han comprometido a acelerar el progreso para aquellos más atrasados. Es por esto que los ODS han sido diseñados para traer al mundo varios “ceros” que cambien la vida, lo que incluye pobreza cero, hambre cero, SIDA cero y discriminación cero contra las mujeres y niñas.

Puntualmente, la República Argentina se ha comprometido a una meta absoluta e incondicional, aplicable a todos los sectores de la economía, de no exceder la emisión neta de 359 MtCO2e en el año 2030. Además, para el mismo año, habrá logrado disminuir la vulnerabilidad, aumentar la capacidad de adaptación y fortalecer la resiliencia de los diferentes sectores sociales, económicos y ambientales a través de medidas de concientización y construcción de capacidades que le permitan al país y su población responder solidariamente al desafío urgente de proteger el planeta.

Bajo estas premisas, la Segunda Contribución Determinada a Nivel Nacional de la República Argentina (publicada en el mes de diciembre de 2020) establece ejes rectores que guiarán el diseño, la implementación y el monitoreo de todas las acciones de adaptación y mitigación nacionales, los cuales responden a los Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) establecidos en la Agenda 2030 de las Naciones Unidas:

En lo que respecta al sector energético, las medidas sectoriales propuestas se centran en:

  • Evaluar los impactos del cambio climático sobre el sistema energético, la demanda energética y sobre la actividad económica y el equilibrio fiscal (ODS: 1, 7, 9, 11 y 12)
  • Desarrollar medidas para asegurar el abastecimiento y el acceso a la energía a través de la adopción de infraestructura resiliente y sostenible como, por ejemplo, transporte y distribución de energía, producción de combustibles y generación de energía, con particular énfasis en la evaluación de recursos hídricos y generación hidroeléctrica (ODS: 1, 7, 9, 11, 12 y 13).
  • Desarrollar medidas para asegurar el abastecimiento a través de la diversificación tecnológica y territorial y la profundización del acceso a la energía, en particular, a través de fuentes de energía sostenibles (ODS: 1, 7, 9, 10, 11, 12 y 13).

 

Este nuevo compromiso climático asumido por el país debe acompañar los procesos de erradicación de la pobreza, fomentando una transición justa hacia un desarrollo integral y sostenible  que aborde las necesidades de toda la población actual sin afectar el bienestar de las generaciones futuras.

Del mismo modo, resulta fundamental considerar los efectos adversos que el cambio climático tiene sobre la diversidad biológica y los recursos naturales, así como también los potenciales efectos sobre la salud humana que podría conllevar.

Adicionalmente, una acción climática integral sólo será posible si contempla los derechos humanos, desde una óptica intercultural con perspectiva de género y de diversidad, considerando los impactos diferenciales del cambio climático sobre infancias, juventudes, personas mayores, personas con capacidades diferentes, población afrodescendiente, migrantes, refugiados, población rural, trabajadores, comunidades indígenas y campesinas, y otras poblaciones vulnerables.

Por ello, y a efectos de una sistematización bajo la cual subyace la transversalidad de cada uno de los conceptos, se han definido quince ejes rectores que, complementando los principios establecidos en el marco legal vigente, guiarán el diseño, la implementación y el monitoreo de todas las acciones de mitigación y de adaptación nacionales que hagan al cumplimiento de esta Segunda NDC.

En la actualidad, la República Argentina se encuentra en el proceso de formulación de su Plan Nacional de Adaptación (PNA), en cumplimiento con lo pactado en el Marco de Adaptación de Cancún y el Acuerdo de París. Dicho plan permitirá establecer líneas estratégicas que funcionen como marco para los diversos procesos de planificación de la adaptación, tanto a nivel sectorial como subnacional, facilitando y orientando dichas iniciativas y, al mismo tiempo, considerando factores determinantes y proyecciones climáticas con miras a reducir el riesgo climático.

La Transición Energética es un hecho y ya se han establecido compromisos, por lo que en el futuro cercano será una responsabilidad de todos los actores. Sin embargo, esto adicionalmente traerá consigo beneficios, no sólo medioambientales sino también económicos para todos los participantes.

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