El foco de la escasez sigue concentrándose en el Norte, pero se extiende a otras provincias con distinta intensidad: en rojo, situación en la cual el suministro en las estaciones de servicios es muy bajo o nulo, se encuentran 14 provincias (Buenos Aires, Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Entre Ríos, Corrientes, Misiones, Santa Fe, Córdoba, Santiago del Estero, Tucumán, Salta, Jujuy, Formosa, San Juan, y Mendoza); en naranja, suministro limitado a 20 litros por unidad, hay 4 provincias (San Luis, La Rioja, Catamarca, y Chaco); y en amarillo, suministro restringido entre 51 y 100 litros por vehículo, se encuentra la provincia de La Pampa. El resto de las provincias del sur, aparecen todas en verdes, es decir, con suministro normal.
La primera razón de análisis es el acopio de gasoil anticipado por parte de la industria, productores y distribuidores para los meses más fríos del año (junio, julio y agosto), fundamentado en la proyección que el suministro de gas va a estar muy justo en el invierno. Por la anticipación de posibles faltantes de gas, el reemplazo pasa a ser el gasoil, que es el principal combustible alternativo. Por lo tanto, la demanda de gasoil pasa a estar en niveles muy altos, según empresas refinadoras durante el primer cuatrimestre del año vendieron un 26% más de gasoil que en el primer cuatrimestre de 2021. El acopio anticipado y la mayor demanda, superaron a la oferta de gasoil, generando un faltante del mismo.
La segundo razón corresponde al precio del gasoil, y el no equilibrio entre las cantidades ofrecidas, demandadas, y los precios internacionales. El mercado de nafta y gasoil no está regulado en Argentina, como ocurre con las tarifas de gas y electricidad, pero los gobiernos inciden en los precios a través de la petrolera estatal YPF, que abastece al 55% de las estaciones de servicio. En los últimos años, la política de la compañía fue retrasar los aumentos de precios (pese a que el país importa 30% del gasoil que consume y los precios internacionales se dispararon) lo que generó una diferencia entre los valores internacionales y los domésticos. El Brent, cotización internacional del barril de petróleo que se toma de referencia en el país, se disparó a raíz de las mayores restricciones que Europa le impuso a Rusia y ronda los US$123. Sin embargo, en el mercado doméstico, los precios del surtidor reflejan un valor del barril de alrededor de US$65. Esta acción causó dos efectos que explican el desabastecimiento: que haya menos oferta de gasoil y que se incremente la demanda de consumidores de países limítrofes, que cruzan la frontera para conseguir combustible más barato. La Argentina tenía al 18 de abril pasado uno de los precios más económicos de la región, según fuentes privadas, el litro de gasoil valía US$0,951, muy por debajo de Perú (US$1,09), Chile (US$1,12), México (US$1,16), Paraguay (US$1,16), Estados Unidos (US$1,33), Uruguay (US$1,42) y Brasil (US$1,42). Esta situación refleja que el precio del gasoil sigue atrasado con relación al precio de paridad de importación y en comparación con los países limítrofes.
La última razón de análisis refiere a la logística del transporte y distribución de los combustibles en las provincias del norte, que es complicada que en el resto del país. La mayor responsabilidad de abastecimiento recae en YPF, que, si bien es el principal jugador en el mercado de venta de combustibles, en el norte tiene todavía no tiene una gran presencia como si en el resto del país.
Otras consecuencias que se suman a las descriptas, es que al superar la demanda de gasoil a la oferta local, trajo la necesidad imperante de importar gasoil, para que se sume a la oferta local y así lograr paulatinamente normalizar la situación. Para ello, el Estado está realizando un importante esfuerzo para importar combustibles, que recae en la necesidad de utilizar dólares, causando una pérdida en las reservas internacionales del BCRA.
Por último, la demora en la espera para la carga de combustible por parte de los transportistas, según los datos del relevamiento de FADEEAC el 29,6% debió esperar más de 12 horas, 28,9% entre 3 y 6 horas, 24,4% entre 6 y 12 horas, y 17% entre 2 y 3 horas, trajo como consecuencia la dificultad del traslado en tiempo y forma de la cosecha agropecuaria, del ganado y de alimentos, producto que la economía argentina se mueve en un 90% por camión.
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